Números-68
El espíritu está ahí, para el que quiera verlo, pero el querer y el poder parece que tienen caminos distintos.
Mi buena amiga me dice " yo quiero ver cosas " se refiere pienso yo, a que quiere ver demonios y angeles, princesas en los cuentos de caballero con honor y cosas por el estilo, y me repite "yo quiero ver cosas " y a mi me viene a la cabeza una frase dicha por una especie de monstruo de los que se fabrican en este país, que dijo en una canción de esas del sur " QUE NO NOS FALTE DE NA " a mi, el que no nos falte me parece todo un desafió a la lógica, porque en el que no nos falte, tendríamos que saber el que necesitamos y estamos muy lejos de saberlo, el que no nos falte de nada, es ya una definición de intenciones, sería un conjuro que se puede traducir como si algo deseo que aparezca inmediatamente, saltando el mayor de los conjuros y el que todo el mundo maneja,
Así cuando esta amiga me dice " YO QUIERO VER COSAS “me enfrento a mi propia película y me digo ¿como se trasmite este o cualquier otro conocimiento? ¿Como se le explica a un ser humano, que todo esta ahí y que está para todo el mundo, pero que solo aquellos que se atreven, es decir solo aquellos que han sufrido lo suficiente, pueden verlo.
Aquí aparece otro cuento el de los americanos, SI TE ESFUERZAS LO SUFICIENTE LLEGARAS, pero ¿cuanto es lo suficiente? si sufres lo suficiente, veras como ves, por la sencilla razón de que ya no querrás ver nada más de lo que has visto.
"YO QUIERO VER COSAS " y yo le digo, “yo quiero dejar de verlas”
Dejar por un solo día que mis esfínteres no me hagan ninguna demanda, dejar por un solo día de ver que la madre biología es el principio y fin de todo lo que podemos hacer, dejar por un instante que mis células en lugar de perseguir el chocho de enfrente, persigan algo mas trascendente, pero nada, lo mas trascendente que me he encontrado en toda mi vida, es la progresión y el cambio de un esfínter a otro sin que esto se haya parado ni un solo instante de mi vida, puta vida, puta miseria, pero desde que oí a este animal del sur, gritar en su caverna "QUE NO NOS FALTE DE NA", comprendí que de alguna manera yo había aprendido a limpiarme el culo y a cagar sentado, y me di cuenta de que entre el que no me falte, y el que no me falte de na, existe todo un fenómeno de percepción que a pesar de no poder explicarlo marca una diferencia, desde entonces cuando veo a un pobre por la calle, me digo a mi mismo que no me falte de na, y aparece como una especie de alegría profunda, amarrada en el culo que solo puede y admite el canto a la macarena para darle las gracias en permanencia, de haber encontrado la na, los demás estáis todavía en la nada, ¡menudo el camino a recorrer!
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