Números-14
Esta línea horizontal es un poco más grande que las anteriores, pasa lo mismo con el nabo del prójimo, es siempre un poco más grande que el de uno. La envidia nace aquí en el nabo, pene, siempre pequeño para la tarea encomendada, complacer a la prójima, como si esto tuviera algo que ver con la prójima y con la extraña.
¡Difícil entender esto de la línea y el círculo! difícil entender cualquier cosa que no sea culo teta y jamón, con la variante de que cualquiera de estas tres cosas y solo estas tres cosas importan a la especie humana sean, rojos, amarillos, negros o mixtos, culo teta y jamón, si eres listo optaras por una de las posibles variantes y te sentirás distinto, entonces serás teta, jamón y culo. ¡Menuda hazaña!
Nuestros científicos son esto, culo, teta y jamón, y se pasan pero que toda la vida discutiendo el orden en el que esto debe ser colocado, para mayor gloria de sus esfínteres y del opus dei.
Se me olvidaba, ahora estamos cerca del pie derecho, del talón derecho si es que no hemos llegado ya a el.
Si hemos llegado al pie, deberemos entender que este y la cabeza son la misma cosa lo que pasa es que en orden inverso. Si además aprendemos a hacer discusiones no productivas, hablar por no estar callado, daremos la razón al sobrino de mi madrina, que el muy cabron encontró con muy pocos años la posibilidad de estar mirando al infinito sin que la vecina de al lado blasfemara, en el nombre de dios en vano, esta se lo dijo a su prima y las dos muy contentas fueron señaladas por el rey de la sabiduría, el burro del pueblo de al lado, como las culpables del crimen de Cuenca, sino me creéis, veríais como la luz de lo imposible alcanza su meta en su radiación cósmica invisible e indivisible, por todo ello, demos gracias a la salud de JALALUD DIM RUMI.
640A.
Hay ceremonias, rituales y exorcismos, nos dice san Cipriano. Hay un comportamiento perfectamente encadenado en cada ser humano, sin que nada de lo que hace parezca tener un sentido, pero ¡hay de el! y ¡hay de nosotros !porque cualquier secuencia de actos encadenados en un orden es un rito y cuando el rito tiene horario, es ritmo y tenemos una ceremonia, si esta incluye además proceso de intención, con utilización de palabras, números y formas objetos, estamos en pleno exorcismo.
¡Hay de nosotros! porque nuestro día aparentemente intrascendente nos lleva de repente a lo inesperado, a aquello que sin duda hemos invocado, mediante invocación, pacto y conjuro para fijarlo en una línea temporal y en un espacio concreto, en estática, en materialización visible de aquello que debería causarnos un terror sin precedentes.
Materializamos lo invisible, lo intangible, y después nos quejamos de lo que nuestra conducta, (nunca de nuestro pensamiento que implicaría lo mismo) sin duda alguna atrajo a este mundo material, nos quejamos de nuestra mala suerte, nos quejamos del drama y la tragedia implícita en cada uno de nuestros actos aparentemente ingenuos, aparentemente pobres en su fabricación. ¡Hay de nosotros! porque cuando por razones geométricas de igualdad, parecido o semejanza, una multitud, congregada en un punto desata la fuerza de un causalismo poderoso, entonces la catástrofe, el terremoto, la guerra debería enseñarnos que algo no va bien, pero como si tal cosa, como en cualquier telediario, pasamos al tema siguiente sin un mínimo parpadeo, ¡hay de nosotros! ¡hay de nuestra especie! que ejecuta actos en una cadena que no sabe de donde viene ni a donde va, que ejecuta ritos, ceremonias y exorcismos, como quien toma un vaso de agua, sin que nada aparentemente sea capaz de hacer que el ser humano, sea Ser y además Humano.
Estamos en plena magia, estamos inmersos en ella, y ni siquiera somos conscientes de nada en medio de la enfermedad, en medio de la más tremenda de las tragedias, ¡estamos inmensamente perdidos! y esto que debería causarnos una aflicción sin límites, es fuente inagotable de frivolidad y de escapismos a paraíso fiscal, con chica diez.
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