Wednesday, January 10, 2007

Números-58

Parece como que no puedo estar en el mundo, con un discurso que me permita actuar con los sentimientos debidos en el momento adecuado.

A mí el cine americano debo confesar y confieso que ha sido una de mis grandes pasiones, la otra fue el alcohol.

El cine americano, cuando llegó, empezó a llegar a este gris y triste campanario, en el que habían convertido el país donde nací, fue como el arco iris, la vida en color y además con banda musical de fondo, nada de pasodobles, cantaban unas cosas increíbles, en unos lugares llenos de color, yo nunca acabé de creerme que se pudiera estar así de alegre, cantando y bailando con otros seres humanos, y no me cansaba de verlo. Nunca me cansaba, todas las películas me parecían cortas,

fuera la que fuera, y cuando aparecía él rotulo final, THE END, era para mí como el INRI de los cristianos, volver a lo gris y volver a las negruras de la iglesia católica, a los cristos crucificados y a la maldita realidad de este maldito país.

Aquí mi madre incluida, iban permanentemente de LUTO, de negro, ninguna mujer española, podíamos sospechar los españoles que tuvieran chocho o tetas, las mujeres españolas no tenían de eso, pero ¡joder, las americanas sí!

A mí el cine americano, me hizo pensar que se podía vivir fuera de un campanario y sin estar vigilado por un cura.

De hecho, en el campo de concentración, donde me educaron, lo he dicho ya. Un montón de locos peligrosos, que nos daban unas palizas de muerte, había tres tipos de alumnos, los gratuitos, que eran los pobres de solemnidad, entraban por una puerta de hierro como la que había en la cárcel, en una calle estrecha y llena de tiendas miserables, tan miserables como el olor de esta gente, nunca se me olvidará el olor de la pobreza, como después tuve que aprender y tampoco se me olvidará el olor de la locura.

De los gratuitos, se encargaban profesores que no eran curas, yo nunca entendí porqué. Después estábamos los vigilados, repito LOS VIGILADOS, éramos aquellos con más posibles, no muchos, porque el colegio era básicamente de gente pobre o de artesanos que ganaban un poco, pero íbamos a comer a casa.

En tercer lugar estaban los internos, gente de pueblo, que venían con su colchón y sus sabanas porque en el colegio no las ponían, estos no salían nunca, estaban en cadena perpetua.

¡Que el gran dios, (el dios con minúsculas) perdone y entienda a estos enfermos mentales que nos tenían todo el día aterrorizados.

Cualquier miedo que te puedas imaginar, esta gente lo convertía en pánico, así nos va ahora y así nos fue entonces.

Yo sigo desde el colegio eternamente vigilado, antes lo hacían estos locos con sotana, ahora lo hacen las mujeres que me rodean, mi paranoia ya no tiene remedio, veo por todas partes al espíritu santo en forma de paloma que una y otra vez se me aparece disfrazado, en el coño de las mujeres, en la guardia civil, en la polica armada, cuerpo de seguridad del estado y en cualquier autoridad que se me ponga delante.

Mi relación con la autoridad es nefasta, o me pongo de gusano, en sumisión o peleo cualquier cosa como si en ello me fuera la vida, me he peleado por autenticas tonterías y cuando me da la vena paranoide, veo enemigos por todas las partes, invisibles, visibles, marcianos y extraterrestres, todo producido por el gran cristo crucificado de los cristianos, de los leones y de los otros, los de base.

Esta secta está presente y omnipresente en mi conciencia, sin remedio de evasión posible, convirtieron mi vida en algo impensable y sigo bajo palio, yendo a comer por inercia y a comulgar con ruedas de molino cada vez que tengo que cumplir con cualquier obligación por pequeña que sea.

¡Ellos lo dominan todo! están infiltrados en todas partes y han sacralizado el coño de todas las mujeres que he conocido, así voy de coño a coño, de sacristía a sacristía, desde que tengo uso de razón.

El uso de razón me llevó a pensar que si esto era si, mejor me iba a paraíso fiscal, con mulatota cachonda, pero cual es mi sorpresa que la mulatota cachonda lo es en todas partes menos en su coño, que también está controlado, como todo lo que se relaciona con la energía sexual, por la magia roja, por todas las religiones de todos los planetas.

Decidí no follar, para que, si cada vez que estoy encima de una mujer o debajo según los casos, estoy entrando o saliendo de cualquiera de las religiones al uso del planeta, ellas y las religiones son una y la misma cosa, lo trasforman todo en su contrario ( de hecho este es el trabajo de cualquier religión), es decir no hay paz posible con una mujer al lado, sin una mujer al lado tampoco, deberás así elegir cual de las dos guerras te parece mas fácil, la que has de tener con ella o la que tendrás estando solo.

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