Números-54
Dos triángulos y un rombo cuadrangular, esta forma también es bella, posee sal, mercurio y azufre y es de las que funcionan cerca del corazón, en esa pequeña franja que nos da la vida o nos la quita, sin saber porque ni para que.
Terrible el determinismo de Plutón que condiciona nada menos que la identificación animal con la que funcionamos en este zoológico (después veremos que uno puede identificarse desde cualquiera de sus energías con cualquiera de las formas de conducta animal)
Cuando las religiones hablan de las reencarnaciones lo hacen como en todo lo demás de oídas. Algo oyeron a alguien y pasaron a ejercerlo sin ningún tipo de pudor.
El que uno se reencarne en un animal es como para morirse de risa, lo mismo que uno se reencarne en otro individuo, lo explican como que uno muere y su alma, nada menos que su alma (ninguno de los otros determinismos parece que se somete a esta lanzadera cósmica) se marcha en busca de animal o persona, (por lo menos dejan libre el mundo vegetal y los objetos fabricados por el hombre) ¡menuda faena si volveríamos a lavadora de familia numerosa!
Da risa y pena que partiendo de algo importante como seria el hecho atemporal de que alguien conectara con una energía y la organizara en su contenido, un contenido concreto dentro un continente humano, con el hecho de tener otras vidas.
Si la propia vida es un algoritmo no descifrado, es natural que alguien, encuentre nuestro algoritmo y se integre en él (todo con carácter inexplicado), como contenido nunca como continente.
Uno puede hacer la lectura atemporal y aespacial de cualquier proceso de existencia lo que no implica el pasar a perder la propia identidad y mucho menos la propia forma.
Plutón nos exige una pauta de conducta, y esta, dada nuestra dotación biológica puede encontrase en el reino animal, de hecho el pasar a ser humano, tendría el proceso de desarrollo de prescindir de esta identificación y no tener una pauta de conducta rastreable en el reino animal.
Uno es un león, pues bien pasen y vean, verán al león en la persona y sobre todo en la pauta de conducta pero uno no es ese león, sino mucho más y ese mucho más está en la posibilidad de trascender esa pauta de conducta, cosa que el león no podrá hacer nunca.
Tenemos un proceso de materia en marcha, un proceso que no entendemos y cuando las formas no pueden ser integradas porque uno rechaza todo proceso de identificación, motivación, intención y proyección deja de tener el juego metabólico necesario para mantener la materia en unas mínimas condiciones, entonces desaparece.
Este desaparecer es como materia, no como algoritmo dentro de cualquiera de las dimensiones posibles (doce dimensiones posibles. Sin lugar a dudas es la informática la que mejor se puede aproximar a lo que estoy diciendo, con sus algoritmos de compresión de una información determinada. Desde este punto de vista un ser humano VIVO seria un algoritmo sin comprimir, en pleno desarrollo, un ser humano muerto (sin resolver su karma), seria un algoritmo comprimido, esperando que alguien lo descomprima para seguir su trabajo, se comprende que el programa comprimido no podrá nunca correr en un ordenador que no tenga las bases materiales precisas, (cualquier otro ordenador del reino animal que no sea el de nuestra especie) se comprende también que estamos en el espacio tiempo como programa, nunca como existencia, ya que ésta necesita del soporte material para manifestarse.
Yo, en vida, me he colocado algunos algoritmos que ¡no vean ustedes! de gente que dijo otra gente que sabían algo, yo me he colocado algún que otro algoritmo que me ha tenido y me tiene colgado el máximo tiempo de mi existencia.
A veces la interferencia ocupa todo el espacio de conciencia como los dolores, otras veces me han dejado comer y dormir de vez en cuando, poco más.
Será dentro de esta complejidad de forma, y de número donde cualquier individuo como materia tangible, pueda reconocer un contenido y conectar con uno, varios o con todos los contenidos que están como forma y numero en un orden determinado, pero ¡fijarse bien! porque se conectará a toda una línea atemporal donde millones de algoritmos de formas que en su momento se manifestaron como materia y como numero siguieron la sucesión y ley de recurrencia dentro de un producto determinado que pasó a ser forma intangible porque se completó el proceso entrópico correspondiente (entonces se podrá hacer algo más que luchar por el propio sufrimiento) o porque no se completó y entonces nos queda todo el sufrimiento inherente a ese karma y todo el trabajo que seamos capaces de hacer para llegar a lo mismo, a la entropía cero ( Para los interesados el resolver un problema de enfermedad tiene estas connotaciones kármicas.)
Uno, así su algoritmo como forma y explicación numérica será una y otra vez retomado hasta que abandonado y completado el producto sea encajable en el puzzle universal, en la nada inmanifestada.
De esto a decir que el quinto Dalai lama pasó de niño, pero que muy mono, en sexta avenida neoyorquina, existe la misma distancia que entre un obispo de la iglesia católica y un ser humano (una distancia infinita, dentro de los infinitos actuales)
Uno está en este mundo CON EL MAYOR DE LOS SUFRIMIENTOS POSIBLES, si pudiera con un gramo mas de sufrimiento lo tendría, pero es un sufrimiento individual, anecdótico que tiene como base su propio programa activado por su propia existencia temporal, ¡con esto ya está servido uno para toda su vida!
Así no podemos esperar que nadie resuelva nuestro estar en el mundo con sufrimiento, porque cada uno atiende el propio, que repito, que es el máximo posible.
Supongamos que uno asume su propio sufrimiento, entonces se conectara al sufrimiento universal y después al de su propia línea de karma, se conectará a un sufrimiento infinito, procedente de infinitas manifestaciones de forma y numero.
Si dentro de esto, consiguiera resolver, ¡Ya no volvería! porque su propio algoritmo encajaría en la nada, en la entropía cero, si vuelve uno y se manifiesta en persona, animal, vegetal, mineral u objeto fabricado por el hombre, es que uno no ha resuelto, ¡menuda gracia esto de reencarnarse porque claro está que lo va a hacer para que otro resuelva lo que uno no pudo o no supo.
¡Menuda alegría que me produce a mí esto de las otras vidas! como para irse corriendo y hacer el salto del ángel desde ventana pero que muy alta en edificio minimalista.
Entonces el trabajo que podemos hacer en este mundo por el otro, no es ayudarle (de hecho solo se puede ayudar sin que el otro lo perciba), ni ninguna de las mierdas al uso de estas culturas, el trabajo de uno es RESOLVER SU PROPIO SUFRIMIENTO, para que el siguiente parta de un punto un poco mejor, y esto si que es ética y lógica y estética, lo demás son religiones y ecologías al uso.
Está claro que yo no soporto ninguna religión, porque todas apuestan por lo contrario de lo que estoy diciendo, en lugar de ASUMIR Y ENCONTRAR SOLUCIONES PARA EL PROPIO SUFRIMIENTO, lo que hacen es compensar de éste al individuo, con una creencia que impide que trabaje para resolver, con lo cual lo empeora y hace que el siguiente esté peor que el, porque tiene que desorganizar un proceso de creencias que le impide trabajar en la dirección adecuada.
TODAS LAS RELIGIONES son una fiesta consumista, de babosos mea credos que hacen la vida en el planeta imposible y el sufrimiento humano de una densidad que solo se puede comparar con la mierda que todos los días cagamos, los unos bendecida, los creyentes, y los otros sin bendecir, los no creyentes, pero el mal olor es igual para todos.
Parece como que la mierda bendecida de los cristianos es según ellos “caquita” La de las otras religiones -caca- y la mía mierda, sin ningún tipo de tapujos
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